Nacida de la hora esperada, en la que los sueños claman, realizaste el más grande anhelo de vida. Hay muchas cosas que debes aprender, pues quisiera que tu andar fuese liviano, pero con paso firme.
Quisiera ver en tu mundo un centenar de sueños, en los que al despertar de cada uno, llegues a la realización de tus anhelos.
Llena tu vida de dones divinos, deja que Dios te colme de virtudes y aprende que las bondades de la vida emanan de tu comportamiento.
Nada vale más en este andar pasajero que el amor hija mía, satúrate de él en cada paso que camines, y tu espíritu será recompensado. No desdeñes nunca a nadie, aprende a escuchar y comprender a los demás, pero guarda en silencio el secreto de quien te lo otorga, y quédate para ti esa lección de vida.
No permitas que nada turbe tu camino, manéjate de forma transparente y clara, si por error cayeras en alguna falta, se humilde, benevolente y justa contigo misma, para que puedas levantarte y elevar de nuevo el vuelo a tu destino.
Busca sabiduría en tu paso por la vida, ella la encontrarás en los ecos de los ancianos, nadie mejor que ellos, habrán de otorgarte ese precioso legado.
Aprende que la justicia jamás será cosa tuya, no podrás tomarla de tus manos, ella ha de venir a ti por tus acciones, ella ha de llegar cuando estés consciente de que tus actos no hieren a nadie.
Si te sientes en algún momento agredida, demuéstrate que sabes dar misericordia, que eres capaz de descifrar que no todos comulgan tu pensamiento, y que ello no te hace ni mejor, ni peor que los demás.
Aprende a dar sin mesura, pero no comprometas lo que no posees, no permitas nunca, que la mentira desequilibre tus ideas.
Vive la libertad como un despliegue, de que eres capaz de alcanzar todo lo que te propongas, más no hagas mal uso de ella, porque podrías deslumbrarte con un mundo, que sea sórdido, vil y oscuro.
No olvides, que todo aquello que deseamos, requiere paciencia, concentración y esfuerzo, para ello, no busques nunca el camino más fácil, Sino el correcto. Enorgullécete de tus logros, más no permitas que la soberbia, te haga olvidar que vale más una sonrisa.
Piensa que mamá está y estará siempre contigo, que su misión más importante es ver florecida en ti, a una persona de bien, que deje marcadas sus huellas en el sendero, para que quizá sirva de guía de quienes no encuentren un camino.
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