Pedimos un amor para toda la vida y cuando él aparece, sigiloso y calladito, nos dispensamos o no lo sabemos cuidar.
Queremos salud acostados en el sofá.
Oramos por las bendiciones en los teclados del celular. Queremos adelgazar, engordando, cambiando la ropa, ajustando, aflojando.
Queremos barba o nos queremos depilar.
Queremos todo y todo lo hacemos al revés.
Dejamos las cuentas para después,
vajilla rotas en el armario.
Queremos un perro y no nos gustan los pelos por la casa. Compramos bicicletas pero no nos gusta el sol en la cara.
Nunca estamos felices esa es la verdad.
Y sería tan simple el serlo.
La felicidad está en lo que dejamos pasar, en lo que dejemos aparecer, cautivarnos, plantamos para luego cosechar.
Seamos simples, humildes, menos exigentes, menos marketing y más producto, seamos siempre la sonrisa gratis, porque cada día es un buen día para sonreír!
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