miércoles, 15 de junio de 2016

CARTA DE UN PADRE HACIA UN HIJO ADOLECENTE.


Hoy me levante temprano a la mañana, y una premonición me hizo dirigir hacia el dormitorio de mi hijo de diecisiete años de edad.
Al abrir la puerta de su habitación el no estaba en ella…
Me senté en su cama desecha, contemplando cada uno de sus murales de músicos favoritos, cada uno de ellos me hacia observar un futuro incierto, aquel que nunca soñé para el. Claro todo padre añora lo mejor para su hijo, para ello le solventa sus estudios, para que no viva lo mismo que nos toco vivir!!!

Yo ya no se como puedo comunicarme con el, si mis palabras son llevadas por el fresco viento que ingresa por la ventana de su alcoba, es por ello que decidí escribir esta carta y ponerla bajo su almohada.

QUERIDO HIJO

Sabes en el momento en el cual te toco llegar a este mundo de la mano de tu madre, yo tenia unos nervios que me erizaban la piel, tanto era el temor, que creí temblar por momentos, apoderándose de mi un miedo insostenible.
De repente estabas allí, eras hermoso, bello, no había bebe mas serafín que tu!!!

Como disfrutaba verte crecer…

Aun recuerdo tu primer día en la escuela, como llorabas!!!
Pedías a gritos por tus padres…
Y cuando mojaste el pantalón, por vergüenza a lo que te diría la maestra te aguantaste con la boca cerrada hasta llegar a casa.

Fuiste creciendo con amor, el amor de una familia que se regocijaba en cada instante de tu niñez, como olvidarlo…

Recuerdas hijo tu primer partido de fútbol, cuando junto a tu madre esperábamos ansiosos gritar tu primer gol, y nos diste con el gusto, en aquella remera que llevabas bajo tu camiseta de tu equipo que rezaba los amo papa y mama.

Cuantos recuerdos hijo amado…

Sabes te escribo esta carta para decirte que también pase por tu edad, aunque hoy me veas como un padre anticuado, que no te entiende.

Claro que te entiendo!!!
Es por ello que sufro, que lloro y no dejo de pensar en ti y en donde estarás…


Sabes hijo siento que mis palabras ya no hacen eco en tu corazón, es por ello que escribí esta carta, se que mi trabajo me impide estar a veces a tu lado y me duele, pero mis obligaciones de padre me llevan a no hacerte faltar nada.

Yo también fui niño, crecí y llegue a la adolescencia al igual que tu…pero eran tal vez otros tiempos donde no había tanta maldad en el mundo.
No se mataba para robarte un par de zapatillas, no te invitaban drogas y si no tomabas alcohol no eras un cobarde. Y así crecí feliz, sabes hijo.

Al escribir esta carta lo pensé mil veces que reacción crearía en ti, pero a esta altura no lo se, estoy aquí aguardando que regreses y mi miedo volvió otra vez como en el momento en el cual aguardaba que llegaras a este mundo.

No se donde buscarte, si me mientes, pero mi corazón no da mas al pensarte…
Hijo te amo y deseo lo mejor para ti, 
Solo soy un padre, un ser que te ama y daría su vida por verte bien.

Yo también fui joven lo se...

Y espere de mi padre algunas palabras que tal vez cambiarían mi vida, nunca las dijo, no se por que, tal vez por vergüenza o no se que…

Hoy querido hijo debajo de tu almohada te dejo mi carta y te digo algo que nunca me cansaría de decirte:

TE AMO!!!

PAPA

Reflexión: tus hijos necesitan escuchar la palabra TE AMO, ellos no lo saben, no lo des por entendido y repítelo hasta el cansancio!!!





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