Encuentro lo que busco en la gente. Si busco a Dios, lo encuentro. Si busco malas cualidades, las encuentro.
En cierto sentido, escojo lo que espero, y lo recibo. Una vida sin desafíos sería como ir al colegio sin lecciones que aprender.
Los desafíos vienen no para deprimirnos y acabarnos, sino para dominarlos, crecer y desarrollarnos a través de ellos.
En el sabio y maravilloso plan del Padre para mí, ninguna carga puede caerme, ninguna emergencia surgir, ninguna tristeza sobrecogerme, antes de que reciba la gracia y fortaleza para enfrentarlas.
Una vida rica y plena no es determinada por las circunstancias y relaciones externas. Estas pueden contribuir pero no pueden ser la fuente. Soy feliz o no por lo que pienso y siento.
Nunca puedo perder algo que me pertenece, ni poseer lo que no es realmente mío.
Nunca huyo de un problema ya que este me perseguirá o estaré en camino hacia otro igualito pero con un rostro o nombre distinto.
No nos preocupemos por mañana; hoy es el ayer por el que nos preocupamos.
Nunca forcemos la puerta; esperemos que se abra y entonces podremos entrar.
Toda persona que ha llegado a mi vida tiene, ya sea algo que enseñarme o aprender de mí.
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