La vida está para disfrutarla en felicidad y generosidad. Que al final de nuestro camino podamos sentirnos felices porque las semillas que hemos sembrado, por pequeñas que fuesen, ayudaron a otros que recogieron nuestro fruto. Que al mirar atrás sepamos que hemos ayudado a mejorar sus vidas, que vivimos en el recuerdo de personas que jamás conocimos, que nuestras palabras y amor siguen viviendo y extendiéndose en ellos y a través de ellos.
¡Hay que salir adelante!
Aún quedan muchas sorpresas por ver, no demos nada por sentado, no pensemos que ya lo hemos visto todo y que la vida no nos puede sorprender… Nunca pensemos que estamos de vuelta de nada, no nos dejemos llevar por la tristeza del corazón ni nos sintamos desilusionados por lo que no hemos logrado. No seamos personas amargadas, aun cuando la vida nos trate mal, siempre busquemos dejar un bonito recuerdo en las personas que estuvieron en nuestro camino.
Aprendamos a vivir,
pues aun con sus reveses,
la vida es bella y merecemos vivirla.
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