Me miro en el espejo diciéndome en mi interior, “hoy soy más joven que mañana., no desperdicies el día…”
Todos los días digo “te amo” a alguien.
Todos los días doy un abrazo pensando que haré feliz a esa persona con mi amor.
Todos los días me preocupo por hacer dos cosas que tienen que ver la una con la otra:
Aprender algo nuevo
Enseñar algo nuevo a alguien
Todos los días trato de preguntar a mi mamá y mi papá una cosa ¿Cómo te sientes hoy?
Todos los días trato de sonreir con pequeña cosas y reflexionar, pensar, darme cuenta de una realidad.
Todos los días me doy la misión de ayudar a una persona de alguna forma, sea con una sonrisa, ayudándola a cruzar una calle o diciéndole “¡Buenos días, hoy será un buen día!” y sacándole una sonrisa.
Todos los días veo menos televisión, para pasar más tiempo con los libros.
Todos los días trato de que el sol caliente mi frente y si un día no hay sol, lo recuerdo y valoro su presencia los días que me calienta el alma y el ser.
Todos los días doy gracias a la vida por dejarme comer en paz, por tener comida, no sentir dolor al comerla y por poderme sentar en la mesa en paz.
Todos los días me esfuerzo por tratar de tener la máxima paz interior, dejando de escuchar tanto a mi mente, mis pensamientos y mi ego.
Todos los días trato de no olvidar el pasado para aprender de él, acepto mi historia para de verdad aprender de ella y ser mejor persona.
Todos los días recuerdo todo aquello que hice mal para cambiarlo en mi presente y dibujar un mejor futuro.
Todos los días creo ilusiones en mi, por pequeñas que sean. Ilusiones que sé que podre cumplir…
Todos los días me marco expectativas alcanzables, con la humildad y la sabiduría de saber qué puedo y no puedo hacer. Qué puedo y qué no puedo alcanzar.
Todos los días vivos agradeciendo que hoy estoy vivo y afrontando que tal vez mañana no estaré en este mundo.
Todos los días vivo mi verdad,
Vivo y dejo vivi.
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