1. Nuestras bendiciones deben fluir a otros.
La Biblia nos enseña que nosotros no sólo hemos sido bendecidos para que podamos sentirnos bien, no sólo para poder estar felices y cómodos, sino también para que podamos bendecir a otros. Dios le dijo a Abraham en Génesis 12:2, “Yo te bendeciré... y serás una bendición” (NVI). Esta es la primera ley de la bendición: debe fluir hacia el exterior.
¿Cómo puedes bendecir a otros? Al servir en una necesidad, ya sea física o emocional, con apoyo, con ayuda financiera, o consejos prácticos.
2. Cuando bendecimos a otros, Dios cuida de nuestras necesidades.
Dios promete que si nos concentramos en bendecir a otros, él se encargará de nuestras necesidades. No hay casi nada que Dios no va a hacer por la persona que realmente quiere ayudar a otras personas. De hecho, Dios garantiza esta bendición. En Lucas 18:29, Jesús dice: “Así es —respondió Jesús—, y les aseguro que todo el que haya dejado casa o esposa o hermanos o padres o hijos por causa del reino de Dios recibirá mucho más en esta vida y tendrá la vida eterna en el mundo que vendrá.”
Cuando te preocupas por ayudar a los demás, Dios asume la responsabilidad de tus problemas. Y eso es una verdadera bendición, porque Él es mucho mejor en el manejo de sus problemas que tú.
3. Nuestras bendiciones para los demás volverán sobre nosotros.
Cuanto más bendices a otras personas y más ayudas a los demás, tanto más Dios bendice tu vida. Lucas 6:38 nos dice: “Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes” (DHH). Tú no puedes dar más que Dios. Cuanto más intentes bendecir a otras personas en el mundo que te rodea, más Dios dice: “Yo voy a derramar bendiciones sobre ustedes. Vamos a jugar un pequeño juego aquí. Vamos a ver quién va a ganar. Vamos a ver quién puede dar más. Cuanto más bendigas a otros, más te voy a bendecir a cambio. “
4. Cuanto más somos bendecidos por Dios, más se espera de nosotros para ayudar a los demás.
Jesús lo dijo de esta manera en Lucas 12:48: “Dios es bueno con ustedes, y espera que ustedes lo sean con Él. Y así como Él se muestra muy generoso con ustedes, también espera que ustedes le sirvan con la misma generosidad.” (TLA).
Tenemos la dicha de ser una bendición.
“Yo te bendeciré... y serás una bendición.” (Génesis 12:2 NVI)
No hay comentarios:
Publicar un comentario