Que la luz de tu estrella me lleve, Señor, a tu Palabra, encarnada en un portal, en el rostro de un niño, en la mirada de una madre, en la protección de un Padre…
Que tu estrella me guíe para descubrir a quienes te buscan, a quienes caminan en la esperanza de encontrarte, y compartir la experiencia de contemplarte como un pastor, como un mago…
Hoy es día de adorarte, de buscarte, y sobre todo de sentir la grandeza de dar y de darse,
y de interiorizar el regalo de recibir tu presencia, tu compañía…
y de interiorizar el regalo de recibir tu presencia, tu compañía…
Gracias, Padre porque hoy, en el día de los regalos, nos muestras la alegría que viene del “ser” y del dar, y que un niño rodeado de amor, enviado en amor, y entregado en amor mueve el mundo y nos da motivos de esperanza…
Que seamos como niños: alegres hoy, ilusionados con mañana, dispuestos a aprender, a crecer, reconociendo a quien nos ama, a quien nos cuida, a quien nos enseña…
Y que recibamos el regalo de ser tus Hijos
y nos abramos al amor de quien lo dio todo por nosotros.
y nos abramos al amor de quien lo dio todo por nosotros.
Padre, ayúdanos a no cesar de buscar como los magos de oriente, que no dejemos de mirar al cielo para encontrar la luz que guíe nuestros pasos, y que mantengamos la esperanza de encontrarte desde el afán de buscar con fe.
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