¡Ya basta de sentirme mal y de ser el juez de mi cuento!
Creo que toda mujer debe llegar a renunciar a la culpa y ese estigma de aprobación, aunque, los otros no nos hagan en su mundo, muy en el fondo buscamos conseguirla.
Hoy renuncio a juzgarme, ¡soy así!… Quiero y luego no quiero, me llegan situaciones que no sé cómo actuar, vivo y tengo una idea de lo que quiero, pero en este ajetreo también dudo.
Desisto a la culpa de cumplir, de ser perfecta, de luchar contra mí misma, reconozco que tengo miedos, sueños, ganas, locura y está bien pues son los matices que dan color a mi vida.
Amo, siento y toda esta mezcla me hace ser humano, ni más ni menos que otro.
Renuncio a las exigencias de no sentirme suficiente, a lo que me dijeron que era lo correcto y hoy no parece tanto serlo.
Me dejo fluir en el mar de mi interior reconociendo lo que veo, aprendiendo de mis experiencias, amando lo que me gusta y lo que no me gusta también.
Declino a juzgarme, a traicionarme; me animo a sentir y dejar que la vida… ¡me sorprenda! Pero me enfoco en acciones que nacen de mi corazón, de mi intuición y aprendo a seguir esa voz. Descubro que puedo confiar en lo que desconfiaba y quizá, hoy suelto muchas cosas que suponía.
Hoy no forzó las cosas, ni las enmascaró, pero me doy cuenta de lo que me nutre y me da paz. La vida no es cuadrada sino de mil colores y todos tienen su encanto, percibo el fluir en mí y mi intención es sembrar lo que quiero cosechar.
Yo no sé si mis nudos internos se van liberando, pero a veces se siente como tal, mas sin embargo aprendo a amar sus sabores y lo que me vienen a dejar. Hoy me nutro de mi historia, mis heridas, mis dolores, mi relación con mi cuerpo.
En mis creencias hoy me doy cuenta que no existe la mujer ideal que creí que debía de ser, soy yo y eso es bastante. Abrazo mi esencia única de ser mujer, que a su vez es tan igual como la de todas y tan personal como mi estilo lo requiera.
Lo que soy es todo y suficiente, para soñar, crear, navegar y estar preparada para recibir las maravillas que esta vida tiene para mí. Hoy tomo el timón de mi barco y el que quiera acompañar navegaremos cada quien desde su barco compartiendo horizontes, sueños y caminos; pero los ratos que me toque caminar sola, disfrutaré mi compañía y mi esencia, alumbrando con mi luz los senderos que yo atraiga para recorrer.
¡MILAGROS Y BENDICIONES!.
bellisimo
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