Se cuenta que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado todas las noches y pensaba así:
Mi hermano no está casado, necesita ahorrar ¿Quién cuidará de él en su vejez? Necesita más que yo.
Entonces se levantaba de noche iba sigilosamente adonde su hermano y dejaba en su granero un saco de grano.
También el hermano soltero comenzó a despertarse y pensaba: mi hermano tiene mujer y tres hijos. Su necesidad es mayor.
Entonces se levantaba de la cama, llevaba un saco de grano al granero de su hermano y se acostaba en paz.
Un día se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda.
La gente se enteró de eso y, cuando murieron, se levantó un templo en el sitio en el que se encontraron. Era el lugar más santo.
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