A Jesús lo conocemos por los Evangelios leídos con fe. Allí percibimos emocionados el gran amor de Dios Padre que nos regaló a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Jesús sigue revelándonos de muchas maneras el amor de Dios, porque sigue vivo actuando entre nosotros. Pero tiene predilección por los pobres, los pequeños, los olvidados. Lee esta conmovedora historia.
Había una pareja atea que tenía una hija. La pareja nunca le había dicho nada a su hijita sobre Dios. Una noche, cuando la nena tenía 5 años, sus padres pelearon terriblemente y el padre en un momento de arrebato le disparó un tiro a la madre, y luego se suicidó. ¡La nena lo vio todo! Fue llevada luego a un hogar adoptivo. Su madre que la recibió era cristiana y quiso llevarla consigo a la Iglesia. En el primer día de la escuela dominical, la madre le dijo a la catequista que la nena nunca había escuchado nada de Jesús, y que tuviera paciencia con ella. Ese día la maestra comenzó mostrando una bella imagen de Jesús a las chiquillas, y preguntó: “¿Alguien sabe quién es Él?”. La nenita levantó la mano y exclamó: “¡Yo sé! Ése es el hombre que me estaba abrazando la noche que mis padres murieron".
El mismo Jesús que sentía predilección por los niños y los olvidados, se hizo presente en medio de la tragedia para amparar a quien perdía en un momento toda protección humana.
Recuerda: “Cuando has llorado de angustia y de dolor... Dios ha contado tus lágrimas. Cuando nada tiene sentido y estás frustrada/o sin saber qué hacer... Dios tiene la respuesta. Cuando has intentado todo y no sabes hacia dónde ir... Dios te mostrará el camino”. Ánimo, confía, Dios te ama.
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