Todos contamos con un inmenso POTENCIAL PERSONAL, pero su desarrollo depende en gran medida de nuestras experiencias infantiles. Por ejemplo, si un niño recibe muchas críticas destructivas por parte de sus adultos responsables, es muy probable que cuando adulto sea extremadamente crítico consigo mismo; el hecho de no aceptarnos tal cual somos provoca que no "vislumbremos" todo nuestro potencial y que, por ende, nos sintamos vacíos e insatisfechos.
Por otra parte, el hecho de "imponer" nuestros propios valores morales a los hijos, sin brindarles la oportunidad de hacer preguntas o de pensar por sí mismos, provoca un código ético moral superficial que, tarde o temprano, podría ser transgredido por ellos mismos. Los valores más firmes son aquellos que se forman producto de la experiencia y de la reflexión personal; y cabe agregar que la experiencia más significativa para un hijo, es el ejemplo de sus cuidadores.
Finalmente, amándote a ti mismo y aceptándote tal como eres, es la única forma de amar a los demás incondicionalmente y así permitir que cada ser humano haga uso del Libre Albedrio que el Universo les entregó.
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