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He compartido en oportunidades anteriores que la excelencia no es un accidente, es el resultado. 1) de tomar buenas decisiones 2) ejecutar algo de manera habilidosa y 3) es el resultado de un esfuerzo sincero, y sobre este tercer y último principio me quiero explayar.
Así como san Pablo que a pesar de todos sus logros, todavía miraba hacia el futuro tratando de alcanzar la excelencia. "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”. Filipenses 3:13
Así también en tu vida, si quieres mejorar, avanzar y alcanzar la excelencia, debes asumir la responsabilidad de tu crecimiento, y no depender de las circunstancias o de otras personas para desarrollarte.
Estos hombres que hemos mencionado no esperaban de otros, ni tampoco esperaban un tiempo más favorable para tratar de ser mejores o perfeccionarse… “Eres responsable por tu propio proceso de aprendizaje y por lograr personalmente un desarrollo continuo” y para llegar a eso necesitas hacer permanentemente, en forma constante, un esfuerzo sincero.
¿Porque sincero? Porque el esfuerzo debe ser real, verdadero y no decir que te has esforzado cuando vos sabes muy bien que no has dado lo mejor de vos mismo. Tal vez perdiste las fuerzas, la pasión, el entusiasmo… te sentís débil y fracasas en lograr tus objetivos porque no sabes cuan cerca estas del éxito cada vez que te das por vencido, si tan solo lo hubieras intentado una vez más, seguramente tu historia hoy, sería diferente.
En 2 tim.1: 6 Pablo le dice a Timoteo que encienda el fuego de su don, posiblemente ese fuego se estaba apagando en la vida de este joven y necesitaba aliento para poder seguir adelante desarrollando su ministerio, lo interesante es que Timoteo era pastor de una iglesia esto significa que podes tener años de creyente, podes ser un líder dentro de tu congregación, tal vez hay personas que dependen de ti y muchos te ven como una persona fuerte, dinámica pero por alguna razón tu realidad interior es otra y estas agotado, cansado y te cuesta avanzar.
El problema del cansancio físico normalmente se soluciona teniendo un buen descanso, dormir unas cuantas horas ininterrumpidas logra recuperar las energías que perdiste después de un largo día de trabajo, pero el cansancio emocional, mental y espiritual no se soluciona durmiendo algunas horas, este tipo de cansancio requiere de otro tratamiento. Hay personas que siempre se sienten cansadas, fatigadas, y algunas de ellas toman medicamentos para poder descansar, pero al despertar, luego de dormir muchas horas seguidas e incluso varios días, están igual o más cansados que antes, porque su problema no es físico sino espiritual.
Una cuerda de guitarra floja, que perdió la tensión y que no puede producir ninguna melodía, la hoja desafilada de un cuchillo que ha perdido la capacidad de cortar o un vehículo con un motor poderoso pero que se ha quedo sin combustible es la imagen que representa a algunos de los que me están escuchando, grandes soñadores que se fijaron metas, tomaron decisiones, enfrentaron problemas pero hoy les falta entusiasmo o bien perdieron el poco entusiasmo que tenían…
Fue nombrado el hombre número uno del milenio 1093 fue él número de cosas que inventó.
Obtuvo más patentes de invenciones que cualquier otra persona en el mundo por 66 años consecutivos recibió, por lo menos, una patente por año y creo también un moderno laboratorio de investigación.
¿Cómo se llamaba este hombre? Tomas Edison. Lo consideraban como un genio creativo pero él no lo creía así, él decía “el secreto es 1% de inspiración y 99% de transpiración o esfuerzo.
Esfuerzo sincero esa es la clave…
La única manera de hacer un esfuerzo sincero es dejándote llevar por la pasión y el entusiasmo.
Cuando tenemos pasión por lo que hacemos y liberamos el entusiasmo, estamos activando un impresionante poder generador de éxito. La pasión y el entusiasmo son los nutrientes que alimentan tus fuerzas y con fuerzas renovadas seguramente serás una persona más dedicada y productiva
Estamos hechos de tal manera que cuando algo enciende el alma, los imposibles desaparecen, el fuego de Dios ardiendo en tu corazón levanta tu vida a un nivel superior, por eso la gente apasionada es tan efectiva, está comprobado que una persona con gran pasión y pocas habilidades siempre sobrepasa a las personas que tienen grandes habilidades pero ninguna pasión. Así como un pequeño fuego produce poco calor, deseos débiles traen resultados débiles, mientras más fuerte sea tu deseo, tu fuego, más grande será tu entusiasmo y más grande será tu posibilidad de triunfar.
Para renovar la pasión y el entusiasmo necesitas:
1. Tener una relación sana con Dios
De Dios viene la fuerza que necesitas cada día para enfrentar cualquier desafío él es quien da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna y si tu relación con Dios está dañada o rota, hoy es el día para restaurarla, vuelve a Dios y comienza de nuevo, él siempre te da una nueva oportunidad.
2. Tienes que enfrentar tus temores
Tal vez el temor fue lo que te paralizo, porque el temor es el asesino más grande de todos tus sueños, pero si has restaurado tu relación con Dios no tienes que preocuparte, pone bajo tus pies todos tus temores porque Dios te ha dado un espíritu de poder, amor y dominio propio.
3. Tienes que rodearte de personas que enciendan el fuego de tu entusiasmo... si a tu lado hay personas negativas, depresivas, que siempre ven lo negativo es muy difícil mantener o recuperar el entusiasmo, si has perdido el fuego del entusiasmo acércate a alguien que lo pueda encender, esto es contagioso por eso necesitas un Pablo que te aliente y te diga”… vamos, no te rindas, con Dios de tu parte, tienes la victoria asegurada, con Dios todo es posible…”
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