Señor, te doy gracias porque sé que existes,
porque en el mundo y la vida estás presente
Tú. Te doy gracias por cuanto soy, cuanto
puedo y cuanto recibo, es regalo tuyo.
Te doy gracias porque has puesto cerca de mí a mucha gente: familia, compañeros amigos. En ellos encuentro reflejos de tu AMOR .
Gracias también por la tristeza, por el dolor y la necesidad que me hacen acordar de TI.
Gracias, Señor, por las cosas, por la gente , por la alegría, por la presencia, por el AMOR.
Por todo: ¡GRACIAS SEÑOR!
Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada; pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano.
San Pablo. Efesios 2:8-10
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