Cuenta la historia que un grupo de bellas luciérganas, volaban en una noche oscura cerca a un arroyo.
Sus lucecitas parpadeaban y los destellos eran preciosos para cualquiera,
pero.. NO, para un sapo envidioso.
Estaba allí en la orilla , era bien grande y las miraba con rabia con sus ojazos bien abiertos.
De pronto una luciérmaga paso cerca al sapo y este alcanzó a someterla debajo de una de sus anchas patas.
Entonces se presentó este dialogó;
_ Suétame por favor, ¿ yo que te eh hecho ? ¿ por qué haces esto ?
- No te voy a soltar, vas a morir , de acá no te escapas.
_ No, libérame , no te he ofendido, te di un poco de mi luz , ¿ por qué me vas a matar ?
_ Porque brillas, dijo el sapo cegado por la envidia, y la mató.
El envidioso no se ama o se cree mejor y sufre con el brillo ajeno.
La envidia es un veneno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario