-Un misionero cristiano estaba tratando de explicar a un hindú el hecho y la necesidad de la encarnación de Cristo Jesús. El hindú no entendía como Dios quiso y pudo hacerse hombre por más que el misionero se lo explicaba y explicaba.
-Al ir caminando, distraídos, no se dieron cuenta de la proximidad de un hormiguero. El hindú, sin querer, tropezó con el hormiguero y lo desbarató. Las hormigas, como suele acontecer en estos casos, corrieron como locas y aturdidas de acá para alla. El pobre hindú quedó consternado por lo sucedido y exclamó:
-¿Cómo podría decir yo a estas hormigas que no he querido hacerles este daño, que ha sido impremeditado y que deseo hacer algo para ayudarles?
-Aquí aprovechó el misionero cristiano para decirle.
-Amigo, sólo hay una manera, y es que usted tenga el deseo y el poder de hacerse hormiga como una de ellas y estando en esa condición, les hable como ellas hablan y les explique que usted las ama y quiere ayudarlas.
-Al hindú se le iluminó el rostro en ese momento, pues empezaba a comprender el hecho de que Dios se hizo hombre, se encarnó en Jesús, para comunicarse y relacionarse con nosotros y enseñarnos el camino de la vida eterna que es en Cristo Jesús.
-Hoy Dios sabe el dolor que hay en tu corazón, conoce todo lo que pasas y él esta dispuesto a restaurarte... Tú estas dispuesto???
Filipenses 2:7-8 sino que (JESÚS) se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
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