Gracias abuela, gracias por estar a mi lado, desde siempre.
en mis primeros días de vida, mi niñez, mi adolescencia y
siendo hoy una persona adulta .
Es maravilloso poder estar contigo, y sobretodo contar con vos.
Te he visto reír a carcajadas, te he escuchado hablar con nostalgia sobre tus recuerdos de ayer; también me has regañado por un par de cosas, pero no perdiste tiempo para felicitarme por otras…
Abuela, eres una mujer maravillosa.
Estoy muy agradecida de tenerte en mi vida, de contar contigo, con la grandiosa presencia de la mujer más fuerte y perseverante que he conocido en la vida. Sí, a veces también eres muy terca con tus cosas, pero eres toda dulzura cuando realmente te conocen.
Nunca te he hablado de mis emociones, he perdido mucho tiempo sin decirte lo mucho que te quiero y necesito resolver eso, por eso te envío esta carta. Sé que ninguno de tus nietos se ha acercado de esta manera, pero no es porque no queramos sino que, quizás, nos da un poquito de vergüenza, o tal vez es que damos por sentado que ya sabes que te amamos. Pero la vida me ha enseñado que no debemos dar nada por sentado, por eso aprovecho esta ocasión para decirte lo mucho que te amamos. Nos llena de mucho orgullo ser parte de esta maravillosa familia que construiste con tanto esfuerzo y sacrificio. Eres genial.
En este momento también me vienen recuerdos de cuando te he visto hablando con mamá. Ambas son el regalo más precioso que me ha dado la vida, de ambas he aprendido tantas cosas que me sería difícil escribirlas todas ahora. Toman café o té mientras conversan de la vida, de las idas y vueltas que ésta da. Ambas han pasado por muchas cosas a lo largo de la vida, y nunca se dieron por vencidas. Son un modelo a seguir: aguerridas, sabias, honestas, dulces, hermosas, sinceras…, son todo lo maravilloso del mundo bajo un nombre de mujer.
¿Qué más podría pedir? ¿Qué más podría querer? Son todo lo que alguien pudiera querer o necesitar. Son el apoyo perfecto cuando la vida nos hace sentir tristes, la sonrisa que nos llena de ternura, la mirada que expresa la más absoluta comprensión. Las amo.
Abuela,
gracias por estar a mi lado.
Gracias por hacerme sentir todo este amor que expresas, por ser el refugio que a veces necesito, por escuchar mis preocupaciones y aconsejarme como sólo una abuela podría. ¡Has hecho tanto por mí!
Mi gratitud es inmensa, mi amor por ti no tiene límite ni tiene fronteras.
Gracias amada abuela,
gracias por tu sonrisa sincera,
por los valores que nos inculcaste,
por la generosidad que siempre te ha caracterizado.
¡Te quiero tanto!
Gracias abuela,
gracias por estar a mi lado.
¡Te amo!
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