¿Qué será cuando yo no esté?; ¿Cuando la guadaña de la muerte me arrastre al otro lado?; ¿Cuando deje de oír, de ver, de oler?... Sólo espero no dejar de amar. Porque un día prometí que amaría para siempre. Y un "para siempre" no se acaba con la muerte.
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