jueves, 10 de septiembre de 2015

Elogiar a nuestros niños.

Elogios que destruyen completamente la autoestima infantil.
En realidad, se trata de una idea bastante básica: decirle a los niños que son una maravilla hará de ellos personas confiadas y felices, con una buena autoestima.
Dile a tu hijo cuán inteligente es cuando pasa un examen. Resalta su vena artística cuando dibuja algo bonito. Celebra sus habilidades deportivas cuando marca un gol o gana una carrera... De acuerdo con este enfoque, la negatividad debe ser desterrada del ámbito familiar, para focalizarmos exclusivamente en los éxitos del niño.

1. Elogia el esfuerzo, no la capacidad
Se dice que el genio se hace con 1% de talento y 99% de trabajo duro. Estas proporciones pueden variar pero de lo que no hay dudas es de que el talento no sirve de nada, si la persona no se esfuerza por desarrollarlo. Por eso, es importante que siembres en tu hijo la idea de que para conseguir algo, es necesario dedicarle tiempo, energía y tesón. Resalta su empeño, no la capacidad que se encuentra en la base. Por ejemplo, si marca un gol en el partido, no le felicites solo por el punto, asegúrate de reforzar la perseverancia a lo largo de todos los días de entrenamiento.

2. No exageres, especifica
Los elogios excesivos, como por ejemplo: “eres un gran pintor” o “eres un genio” normalmente son excesivos y pueden tener un efecto contraproducente, sobre todo en los niños que tienen una baja autoestima. Es mejor que te centres en el resultado. Expresa lo que te ha gustado, por ejemplo puedes decirle: “me ha gustado mucho tu dibujo” o “has resuelto muy bien ese problema”. Este tipo de elogios es más realista y objetivo, por lo que no corres el riesgo de aumentar de manera artificial la autoestima del niño. Recuerda que una autoestima artificial es tan dañina como una autoestima baja.

3. No añadas presión, motiva
Algunas veces, los padres se miran en sus hijos, por lo que exageran los elogios ya que, de cierta forma, es como si se los hicieran a sí mismos. No se dan cuenta que de esta forma solo añaden una presión innecesaria, que puede generar un profundo miedo al fracaso. Por eso, asegúrate que tus elogios no son una ulterior fuente de ansiedad para el pequeño, sino que sirven para mantenerle motivado. Hazle saber que le amas de manera incondicional, más allá de sus logros y errores. De esta forma también evitas que el niño se haga dependiente de la valoración de los demás, por lo que desarrollas su autoconfianza y seguridad.



style="display:inline-block;width:120px;height:600px" data-ad-client="ca-pub-3203207709880399" data-ad-slot="7913701860">

No hay comentarios:

Publicar un comentario