Mi nombre es amor y no tengo sexo, edad ni raza.
Nadie pudo jamás verme ni oírme ni tocarme.
Y sin embargo, todos saben que existo porque alguna vez sintieron mi presencia.
Nací con el hombre y aún ya fui antes, porque el hombre mismo fue producto del amor, o sea, de mi mismo.
Habito en el corazón de los hombres y comparto mi hogar con otros sentimientos como la alegría, la tristeza, la ira y el odio. No tengo brazos y sin embargo soy tan fuerte que muchos dieron la vida en mi nombre.
No tengo piernas, más sin embargo, puedo unir continentes sin mediar distancias.
Nunca tuve ojos, para que los quiero si sólo me interesa la belleza interior y para verla no los necesito.
No tengo boca y a pesar de ello, los más grandes poetas crearon los versos más hermosos que pronuncian por culpa mía. No tengo oídos, pero soy capaz de escuchar la voz del corazón...
Nadie pudo jamás verme ni oírme ni tocarme.
Y sin embargo, todos saben que existo porque alguna vez sintieron mi presencia.
Nací con el hombre y aún ya fui antes, porque el hombre mismo fue producto del amor, o sea, de mi mismo.
Habito en el corazón de los hombres y comparto mi hogar con otros sentimientos como la alegría, la tristeza, la ira y el odio. No tengo brazos y sin embargo soy tan fuerte que muchos dieron la vida en mi nombre.
No tengo piernas, más sin embargo, puedo unir continentes sin mediar distancias.
Nunca tuve ojos, para que los quiero si sólo me interesa la belleza interior y para verla no los necesito.
No tengo boca y a pesar de ello, los más grandes poetas crearon los versos más hermosos que pronuncian por culpa mía. No tengo oídos, pero soy capaz de escuchar la voz del corazón...
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