-Siéntete cómodo en tu casa. Redescubre el rito de las comidas en familia y sin televisión. No seas esclavo del teléfono.
-Pon un freno al impulso consumista. Aprende a decir no. Evita acumular cosas y costumbres innecesarias.
-Motívate con un compromiso solidario: lo que te sobra es lo que otra persona necesita para llevar una vida digna.
-Quítate el grillete de la muñeca; al menos de vez en cuando, deja de depender tanto del reloj. Escucha tu reloj interior.
-Sal con tiempo y camina; tu ser entero lo agradecerá.
Separa los hechos de las opiniones y busca apasionadamente la verdad en todo momento, sin dejarte manipular.
-Vive en la realidad. Cuida las relaciones humanas cercanas a ti, y no caigas en una vida de simples relaciones “virtuales”.
-No corras detrás de todo lo nuevo. Las nuevas tecnologías deben estar a nuestro servicio, no al revés.
-Lleva una vida sana y cercana a la naturaleza. Haz ejercicio regularmente, pero sin caer en el culto al cuerpo perfecto. Cambia de hábitos alimentarios. Utiliza productos menos procesados, más naturales.
-Recupera el sentido de comunidad. No caigas en el sedentarismo. Comprométete en actividades que te obliguen a salir de casa. Conoce a tus vecinos. Sé solidario, sé un voluntario. Comparte lo que tienes, sobre todo lo que te sobra.
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